14 junio 2025

EN LA NIEBLA DE LA NADA

 




Llegué un claro día de abril,

entre el blancor de la cal

y el trasfondo de la Sierra Blanca,

donde el bosque mediterráneo

es verde sonrisa permanente

y brisa que acaricia y atempera.


Segundo en la meta, primer varón,

tañidos de fiesta en la humildad del hogar

y en el regocijo de los abuelos.


En la inexperiencia de mis manos

un futuro de labriega continuidad

que descarté abriéndome paso

por la aventura de lo novedoso.

Y no fue mal, pero me distanció

de la melodía de lo íntimo

echándome en brazos de lo innovador.


Y pasaron los días, más bien los siglos,

y me alejé del amoroso origen,

y todavía resuena en mí la música

de aquel recibimiento de esperanza

que trunqué abriéndome caminos.


Al pairo del destino

y envuelto en la brisa dominante,

surqué otras sendas, no siempre mejores,

hacia una meta novedosa

que me trajo a esto hoy

que ya se está transfigurado

en la niebla de la nada.

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